El escalafón que faltaba para llegar a la ambrosía de los idiotas, de los irreverentes mal cosidos, a los que llegaron a ninguna parte sin deber haber llegado, el juego de la literatura con sus inertes oídos, palabras derrochadas, tanto dichas como escuchada de ellos, son ellos.
"Son ellos, reconozco su marca, su sello, no saben disimular, vienen a por mi cuello"
jueves, 26 de marzo de 2009
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