
Pantalones serpenteando en mis rodillas, con dos palabras escritas en clave de un dilema, y un lapso que no se como ha pasado, porque quizá no lo haya hecho. Ósculos que saben a todos los colores, caricias que rozan miradas de todas las fragancias, y manos que son áspides y recorren todas mis hechuras. Dos cervezas y un tinto esperan lágrimas de cocodrilo para olvidar, ahora me río de ellas.
Quique nos espera con una guitarra que no suena, una canción, solo una por favor… Ahora todo me da igual, porque no hay un todo, por fin, solo hay un nada en el tiempo, sentir que estábamos separados, pero que nunca habíamos estado tan cerca, y tu cintura que baila en mi mano, que fue interrumpida por un bailoteo de la tuya.
Un beso perenne, un roce, y la congregación de tu boca y la letra de mi canción. Hoy se acabo el quebranto, la tribulación, la desdicha. Hoy se acabo la aflicción, la nostalgia, la melancolía. Hoy ha empezado otro poquito de de todo, y otro de nada. Y ahora sigo fumando de felicidad, y ahora algo que preguntar, otro sopesamiento que se llevará el viento hasta que un día llegue tu boquita con un dictamen aguardado.
¿Para qué coño te he querido hasta ahora? (No es a ti, cariño)
Unas escenas de matrimonio, un pitillo apagado, otra de las formas que aparecen en los mapas que dibujas cuando te desnudas, y poco más que contarte…
(Ya son dos cositas)
Y me da igual, te voy a comer entera de todas formas…
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